Valentino chocolatier es una prestigiosa casa de chocolate belga, una empresa familiar que en sus más de 40 años de existencia ha ido creciendo hasta convertirse en uno de los principales productores de chocolate belga.
Hablamos con Valentino, su fundador, y gran amigo con el que elaboramos nuestros exquisitos bombones de vino y arrope Ostatu.
La abuela de la cofundadora Helen estaba enamorada del famoso actor italiano Rudolph Valentino. ¿De ahí surgió el nombre?
Cuando abrimos nuestra primera tienda en 1986, nos asaltaron muchas ideas en el cerebro, pero finalmente, elegimos Valentino por varias razones:
– Primero, Valentino tiene una relación con los chocolates por el día de San Valentín.
– En segundo lugar, Valentino suena bien en todos los idiomas.
– Por último, el punto de la abuela de Helen fue la guinda del pastel.
La verdad es que trajo algunas confusiones, ya que la gente preguntaba a menudo como si nuestros chocolates fueran italianos… ¡Teníamos que convencer al público de que los chocolates estaban realmente hechos en Bélgica!
Valentino es sinónimo de amor, detalle, familia y unión. ¿Cómo nace esta pasión por el chocolate y esta forma de hacer tan artesana?
En primer lugar, hay que saber que los belgas compran chocolates para regalar en ocasiones especiales como aniversarios, bodas, San Valentín, Navidad o Pascua, o simplemente como forma de agradecimiento.
Son ocasiones especiales en las que la gente se reúne para celebrar, por eso en Bélgica no se consumen ni se fabrican chocolates industriales.
Para estos momentos la gente no compra tabletas industriales, sino que prefiere chocolates artesanales de alta calidad para compartir con la familia y los amigos.
Este hecho, hizo que floreciera nuestra pasión por la chocolatería, compartiendo momentos envueltos en chocolates de alta calidad.
Cada mes sabéis crear emoción y expectación porque creáis un chocolate nuevo. Una buena forma de generar interés, una estrategia comercial, una manera de demostrar vuestras inquietudes… ¿o un poco de todo?
Por un lado, estimulamos a nuestros chocolateros para que aporten nuevas ideas que conduzcan a la innovación de los productos. Por otro lado, aportamos nuevas experiencias a nuestros clientes y consumidores habituales, para que cuando entren en nuestras tiendas puedan experimentar y compartir algo diferente.
En Bruselas tenéis 5 tiendas de propiedad exclusiva con mostradores de chocolate de 7 metros de largo con 100 variedades distintas. ¿Cómo se gestiona todo eso?
Empezamos a invertir en nuestras propias tiendas porque no estábamos satisfechos con la forma en que algunos clientes gestionaban las tiendas.
Básicamente, creamos Valentino para contribuir a la gente, lo que significa aportar algo extra, diferente, que no se puede encontrar en ningún otro sitio. Por ello, no hemos dejado de invertir en nosotros mismos. El secreto es mantener a nuestro personal bien formado y un alto nivel de comunicación con el cliente interno y externo. Nuestras tiendas representan el 35% de nuestras ventas totales.
En España y Francia también tenéis tiendas. ¿Cómo es la vinculación con estos países?
Los chocolates belgas tienen una buena reputación en todo el mundo.
Nuestros primeros clientes de exportación fueron tiendas de Francia, luego encontramos un importador en Inglaterra y más tarde en España.
En este momento, exportamos a más de 30 países de todo el mundo, principalmente a Europa, Estados Unidos, e incluso China o Japón representan una gran parte del pastel.
En algunos de los países, vendemos directamente a las tiendas, en otros países tenemos un distribuidor.
Participamos todos los años en la feria ISM, la más grande del mundo en cuanto a chocolate se refiere. También participamos en la feria Alimentaria que se celebra en Barcelona con nuestro socio español.
Además, estamos haciendo una inversión considerable en nuestra página web, ya que estos días es uno de los principales canales.
¿Cómo surgió la colaboración entre ambas empresas?
Conocimos Ostatu en nuestro primer viaje a España, y nos impresionó mucho la bodega y el paisaje de la Rioja Alavesa.
También conocimos a la familia y encontramos el mismo espíritu involucrado que el que representa nuestra familia, muy bien reflejado en los vinos.
En nuestras tiendas estamos vendiendo muchas cestas de regalo o cestas gourmet, estas son una combinación de chocolates, galletas, mermelada, y Vinos. Así que decidimos hacer el primer pedido y presentar Ostatu a nuestros clientes.
¿Qué te gustó de Rioja Alavesa?
Nos encanta el paisaje de la Rioja Alavesa, cómo la sierra Toloño-Cantabria cubre los viñedos. También, la capital de esta región, Laguardia, es un lugar encantador para alojarse
Si tuvieras que maridar uno de tus bombones con uno de los vinos Ostatu, ¿cuáles harían buena pareja?
Los vinos Ostatu tienen principalmente una gran presencia en el paladar, por lo que una barra de chocolate negro con un alto contenido de cacao sería una buena opción. Sugeriría nuestro Noir de Noir con un relleno de ganache oscuro al 80 %, pero para aquellos que puedan sentirlo abrumador, promovería las trufas que hacemos junto con su arrope.
¿Qué le pedís a este 2022?
Esa es una gran pregunta… que merece una gran respuesta. Espero que podamos ver el final de esta pandemia pronto, para que podamos despejar el aire de este miedo que se ha creado y volver a reunirnos y poder compartir de nuevo más de estos mencionados “momentos Valentino”.
