Un año más podemos deciros, orgullosos, que nuestros vinos nos han dado la oportunidad de volver a situarnos en la categoría “Second Growths” en el informe anual sobre Rioja de Tim Atkin.

Contamos con dos de nuestros vinos, Gloria de Ostatu 2018 y Laderas de Ostatu 2017 en el pódium de los 100 mejores vinos, con 95 puntos cada uno. Al resto, en muy buena posición, los sitúa entre los 91 y los 94 puntos.

Especial ilusión nos hace la buena puntuación obtenida (93) por dos proyectos que todavía no han visto la luz. Se trata de dos nuevos vinos blancos parcelarios de la añada 2021. El primero, “Revillas”, saldrá al mercado como Gloria Blanco y proviene de la parte más antigua de nuestro viñedo centenario de Revillas, de donde también procede su hermano tinto: Gloria de Ostatu. El segundo, una parcela joven de garnacha blanca, Zabala, fermentada y criada en hormigón.

En cuanto al informe, Atkin vuelve a poner el toque de aviso en la situación general de la Denominación. Habla de falta de atrevimiento a la hora de poner en valor determinadas zonas geográficas, como sí que hace la Borgoña o Barolo. Si una tierra es cualitativamente superior, ¿por qué no abanderarlo? Esto viene a colación de los Vinos de Municipio, donde la localización en determinadas zonas de alto nivel cualitativo ha de ser un valor seguro. Y es la razón por la que etiquetamos muchos de nuestros vinos como “Vino de Samaniego”.

En este informe también habla de los retos a afrontar en cuanto a climatología y de la dependencia que existe de la variedad tempranillo. Así, abre debate sobre la posible implantación de variedades no estandarizadas o tradicionalmente asociadas a Rioja. ¿Hasta qué punto?

Nosotros sí que hemos tenido claro, desde siempre, que teníamos que respetar, en la medida de lo posible, las variedades que ya plantaban nuestros antepasados, que no eran sólo tempranillo. Hemos entendido que esto es parte de la riqueza y expresividad de nuestros vinos, que son parte indiscutible de su personalidad, arraigada a nuestro terruño. Y por ello, las mantenemos.

En Ostatu entendemos y compartimos muchas de estas visiones de Atkin, desde nuestra propia perspectiva. Creemos que, evidentemente, la denominación necesita adaptarse a 2023, necesita escuchar y respetar mucho más a todos los actores, especialmente a los pequeños que somos los que mantenemos viva esta tierra y nuestros pueblos. Necesita, con mayúsculas, alejarse de discursos generalistas, grandilocuentes, y educar al consumidor en la gran diversidad que representan los vinos amparados en la DO Ca. Y para ello, primero, tiene que conocerse en profundidad, siendo el objetivo buscar la mayor calidad y respeto al origen.

Por nuestra parte, estamos haciendo lo que nos corresponde. Conocer nuestros suelos, nuestras viñas, nuestra identidad. Ser consecuentes con ello y plasmarlo, de la mejor manera posible, en nuestros vinos. Por ello continuamos con nuestra filosofía enraizada en una viticultura ecológica que nos permita respetar nuestro entorno y el fruto del viñedo: la uva. De esta forma podremos hacer vinos fieles al territorio y seguir saliendo con ellos, con la cabeza alta, a cualquier parte del mundo.

LAS PUNTUACIONES:

Gloria de Ostatu 2018: 95pts.

Laderas de Ostatu 2017: 95pts.

Gloria de Ostatu 2016: 94pts.

Selección de Ostatu 2018: 94pts.

Lore de Ostatu 2019: 94pts.

Ostatu Reserva 2017: 93pts.

Ostatu Gran Reserva 2015: 93pts.

Escobal de Ostatu 2021: 93pts.

“Revillas” 2021, blanco: 93pts.

Zabala 750, blanco: 93pts.

Ostatu Crianza 2020: 92pts.

Valdepedro de Ostatu 2021: 92pts.

Ostatu Tinto 2021: 91pts.

Ostatu Rose 2021: 91pts.