Cuando maridar la viña y el negocio es el día a día
Tradición y sostenibilidad son los matices que Iñigo, enólogo de Bodegas Ostatu, quiere seguir ofreciendo en sus vinos. Un producto que conoce desde que nació, el cual ha ido redescubriendo con el paso de los años. Afirma que le gustaría adecuar a los tiempos contemporáneos y a los retos que plantea la sociedad actual, así como al complejo y cambiante mercado de hoy en día.
Antes de nada, ¿quién es Iñigo?
Soy el quinto de una familia de seis hermanos y el mas joven de los que componemos Ostatu. Mi infancia y mi educación en una familia numerosa han marcado mi forma se ser, considerándome una persona sencilla que intenta disfrutar de la vida sin muchas complicaciones, pero con responsabilidad y compromiso.
Cuéntanos alguna cosa sobre ti que poca gente sepa
Entre mis aficiones favoritas están la astronomía y la meteorología. Siempre me han apasionado y consulto muchas publicaciones y aplicaciones al respecto.
Cuando no trabajas podemos encontrarte:
– Comiendo…
Me gusta mucho cocinar para mis amigos y mi familia. Disfruto de la preparación de una comida, ya sea una buena cazuela o una parrilla. Creo que soy un buen anfitrión y me gusta compartir tiempo y conversación con familia y amigos.
-Haciendo, practicando…
Cuando puedo, hago algo de ejercicio con la bici, que es un deporte que siempre he practicado y que me gusta.
Tu tiempo libre, ¿a qué lo dedicas?
No tengo tiempo para dedicar a muchas más aficiones. Hace cuatro años la vida nos regaló dos niñas mellizas y al estar trabajando tanto mi pareja como yo, el tiempo libre que tenemos se lo dedicamos a ellas. Espero poder ir recuperando tiempo para disfrutar de la montaña, los amigos y viajar, que también es algo que me gustaría hacer más.
Si tuvieras que elegir, ¿mar o montaña?
Me quedo con la montaña. Los colores, el frescor, sus olores… no hay duda.
¿Qué no puede faltar en tu nevera?
Me cuesta decidirme por algo. Me gusta todo, aunque en temporada no puede faltar un buen tomate de la huerta de mi aita y un buen queso. Y para disfrutarlos, un buen vino, ya sea blanco o tinto.
¿Cuál es tu peor éxito? ¿Y tu mejor fracaso?
Qué complicada la respuesta… Mi peor éxito, y de lo que me arrepiento y me arrepentiré toda la vida, es no haber terminado mis estudios universitarios, a pesar de que siento una gran satisfacción por mi desempeño profesional en la viticultura y en la bodega. En cuanto a mi mejor fracaso, el haber tenido la oportunidad de innovar y cambiar cosas en la elaboración, aunque no todas hayan sido un éxito, pero sí muchas de ellas.
¿Cuál es tu mayor miedo?
Que no nos acompañe la salud para poder hacer una vida normal, trabajando y disfrutando de la familia y los amigos.
¿Qué querías ser de pequeño?
Todavía me lo recuerdan mis padres… A menudo, solía decir que iba a ser inventor para crear un robot que llevará el tractor en las viñas. Nada más lejos de la realidad, ya que estar a pie de viña es una de mis tareas diarias y que, además, disfruto.
¿Qué significa el vino para ti?
El vino y todo lo que le rodea lleva acompañándome desde la cuna y casi todo lo que hago está relacionado con él.
Dentro de tu trabajo, ¿de qué es de lo que más orgullo sientes?
De ser capaz, año tras año, de trasladar en cada botella de vino que elaboramos el compromiso y el cariño al viñedo, al trabajo realizado por quienes nos han precedido y a esta tierra. Además, me enorgullece que es algo que he aprendido de mis padres.
¿Cuáles crees que son las principales fortalezas de Bodegas Ostatu?
El compartir un objetivo y un compromiso común por trasladar el trabajo bien hecho desde la viña hasta nuestros clientes y a quien consume nuestros vinos. Por otro lado, tenemos un tamaño adecuado que nos permite adaptarnos rápidamente a los cambios.
¿Cómo ves a Bodegas Ostatu dentro de cinco años?
Cinco años es mucho. En este último las previsiones y planes no han servido para mucho. En 2026 espero haber superado las complicadas circunstancias actuales y que consigamos reflejarnos e identificarnos claramente a través de nuestros vinos con un trabajo de vuelta al origen, el respeto y la sostenibilidad.
¿Recuerdas alguna situación de desafío en Ostatu? ¿Cómo la superasteis?
La anterior crisis de 2008 fue complicada. Hubo elevados stocks de vino en botellero y un mercado bastante parado y que redujo de manera importante el consumo de vino y el precio dispuesto a pagar por una botella. La manera de superarlo fue poniéndonos las pilas, trabajando en busca de la máxima calidad y mejorando en todos los niveles, desde la viña hasta la gestión y la comercialización. También me tocó subirme a unos cuantos aviones y alejarme algunos días del viñedo y la bodega, que es lo que más me gusta de mi trabajo.
Os han dado el Premio SOStenibilidad 2021 de la mano de El Correo, BBVA y Aclima. ¿Cómo puede ayudar o qué crees que puede aportar la viticultura a la sostenibilidad?
Puede aportar mucho. Por un lado, porque repercute directamente en la calidad y en la diferenciación del producto, dando lugar a vinos más puros que expresan y transmiten las características de nuestros viñedos. A su vez, mejoramos el paisaje y la biodiversidad, lo cual influye en nuestro bienestar. Creo que el reto futuro en todos los sectores pasa no tanto por un crecimiento numérico, sino por un crecimiento basado en la mejora del entorno natural y socioeconómico.
¿Ves la situación de emergencia climática que vivimos hoy en día como una amenaza para el sector vinícola?
No sé si amenaza, pero sí está cambiando el desarrollo de nuestra viticultura y debemos adaptarnos: nuevas prácticas vitivinícolas, viñedos en altura, cambios en la elaboración de nuestros vinos, etc. El cambio climático es una realidad y nosotros lo vemos claramente. Hoy tenemos en Samaniego viñedos a casi 800 metros, que es algo que hace 50 años hubiera sido impensable. Lo que sí debemos hacer es contribuir a que esa situación mejore o, por lo menos, que no empeore. Todos podemos tomar medidas que contribuyan a mitigar esa situación. Nosotros estamos trabajando en ello y creo que en poco tiempo será una tendencia importante dentro de nuestra comarca.
Palabra de enólogo: tu vino Ostatu preferido y por qué.
En cada momento un vino. Hay grandes vinos que nos permiten disfrutar o potenciar un momento o un plato. Por eso, me resulta difícil elegir, pero el que bebo todos los días es el vino de maceración carbónica.