Por Mariasun Saénz de Samaniego Berganzo

Esta semana, a pesar de que el ambiente y la coyuntura no acompaña demasiado, venimos con energía positiva y nos hace mucha ilusión presentaros nuestra nueva añada 2015 de Laderas de Ostatu.

Un vino que comenzamos a elaborar en el año 2005 y que junto con nuestro Gloria de Ostatu en el año 2000, fueron el primer desarrollo de nuestra gama de vinos singulares, con uvas procedentes de un único viñedo, con el objetivo de que representen el potencial y características de nuestros viñedos con más carácter, en este caso «El Portillo».

Viñedo, localizado entre Samaniego y Ábalos, a 630 metros de altura, en el término «El portillo», topónimo que viene a representar el pequeño puerto o montaña donde se ubica, y que antiguamente su paso suponía el pago de impuestos sobre la mercancía que por allí cruzaba.

Es un terreno accidentado y con una pendiente pronunciada hacia el sur, a modo de perfecto anfiteatro, rodeado por pequeñas cumbres, antiguamente cultivadas y que ahora se encuentran colonizadas por característica vegetación autóctona; encina, espliego, romero, y tomillo qué en días de viento norte, muy habituales debido a la cercanía de la Sierra de Cantabria, impregnan con su aroma el ambiente de este viñedo.

Plantado en 1968, quizá de ahí le viene su rebelde personalidad que nos sorprende añada tras añada.

Su plantación se realizó con una selección de las mejores cepas de viñedos viejos de la familia, perfectamente adaptadas a este tipo de suelos arcillosos, con largos periodos de escasez de agua pero con una muy buena retención de humedad en el subsuelo que permite un perfecto desarrollo del viñedo y equilibrada maduración de sus uvas.

Esta excepcional añada 2015 que estrenamos para este vino, con solamente 2.608 botellas, nos va a permitir disfrutar de una fruta embriagadora, notas florales,  con potencia, equilibrio y frescura, un vino rebelde que el tiempo irá sosegando, fiel reflejo de las grandes añadas en Rioja Alavesa.

En Ostatu y en nuestros vinos, la paciencia, que escasea en la actualidad,  es un valor fundamental y por eso la crianza de este vino en botella es larga, casi 3 años desde su embotellado, así mismo, su potencial de guarda es impresionante, como podemos apreciar cada vez que abrimos una vieja añada de esas botellas que reservamos para compartir con amigos que nos visitan.

Os animamos a descubrirlo, compartirlo y disfrutarlo con vuestra gente, sin prisas, y acompañado de buena gastronomía.  ¡A vuestra Salud!

Ya disponible en nuestra tienda online