Dedicación y pasión en la bodega desde hace 14 años
Ese es el tiempo que ha pasado desde que Aitor, este laguardiense de cuna, comenzase a trabajar en Bodegas Ostatu. Pero la relación de su familia y entorno con el mundo del vino viene de mucho atrás, por lo que él parecía estar predestinado a la viticultura desde antes. Ahora, como responsable de producción y de la bodega con una dilatada experiencia, nos cuenta cómo ha ido creciendo y aprendiendo estos años entre los viñedos: experiencias, éxitos, momentos difíciles… Y también nos descubre su lado más humano.
Lo primero, conozcamos a Aitor.
Soy un chico de 31 años de Laguardia, enamorado de mi pueblo y de Rioja Alavesa. Un joven a quien le gusta disfrutar de la vida, rodeado de mi familia y amigos.
Descúbrenos algo de ti que no sepamos.
Me da pánico pensar en que el tiempo pasa muy deprisa y no soporto la soledad. Por otro lado, disfruto mucho con la gente y del deporte. De hecho, he jugado muchos años al futbol, que es otra de mis pasiones.
Cuando no trabajas en Bodegas Ostatu, ¿dónde te podemos encontrar y haciendo qué?
Acabo de ser aita hace varios meses, así que ahora me podéis encontrar paseando con mi hijo Markel. Pero también soy muy de relacionarme con gente y, como es costumbre aquí, los bares son parte importante para pasar tiempo con mi cuadrilla y amigos, disfrutando de un buen vino.
No todo va a ser la bodega, así que ¿a qué dedicas tus días libres?
Ahora tengo poco tiempo, pues el txiki de la casa y la familia son lo más importante. Aun así, intento salir con la bici a la montaña, que es una actividad que he descubierto hace poco, después de dejar el fútbol, y que me hace disfrutar un montón.
¿Algo que no falte en tu nevera, un libro y una película?
En mi nevera nunca faltan productos frescos, ya que me gusta comer bien; una buena carne, un buen pescado.. Aunque no se me da muy bien la cocina, me gusta y disfruto con una buena comida y, por supuesto, acompañada de un buen vino.
¿El mejor momento que has vivido en Bodegas Ostatu? ¿Un éxito del que te sientas orgulloso?
Trabajando en Bodegas Ostatu hemos vivido muy buenos momentos, puesto que tenemos un gran equipo y trabajamos a gusto.
Diría que el mayor éxito viene cada añada, cuando intentamos ir mejorando y ofreciendo los mejores vinos, y me siento muy orgulloso porque para ello pongo todo mi esfuerzo y me siento muy implicado en mi trabajo y en el proyecto Ostatu.
¿Y el peor?
Yo creo que los peores momentos los hemos vivido este último año con la pandemia que si bien el trabajo en la bodega ha continuado y no ha parado, venir a trabajar se hacía más duro pues estaba todo muy triste.
¿Cómo es un día a día de Aitor trabajando en las bodegas?
El día a día suele ser bastante atareado. Nunca nos faltan cosas que hacer: embotellados, trasiegos, barricas, limpieza, preparar pedidos… Me toca hacer de todo, pero tenemos un buen equipo y buenos compañeros, así que el día a día es agradable.
También tengo mi tiempo de formación en el que la familia Sáenz de Samaniego me hace partícipe y me implica: cursos, catas, viajes de formación… Estoy muy a gusto. Trabajamos duro, pero también tenemos nuestro tiempo para compartir, charlar y tomar un vino al final de la jornada.
¿Qué significa el vino para ti?
Soy de Laguardia, mi padre trabaja en una bodega, mi hermano en otra y la familia de Lorena, mi pareja, son agricultores.. Todo eso significa el vino para mí.
¿Siempre quisiste dedicarte al sector vitivinícola?
La verdad es que no lo pensé mucho, pero como no quise estudiar a pesar de que mis padres me insistieron a ello y de lo cual ahora me arrepiento, mi ama me dijo “ si no quieres estudiar, a trabajar”, con la gran suerte que llegué aquí hace 14 años. Mi interés en el mundo del vino comenzó en Bodegas Ostatu y todo lo he aprendido trabajando aquí.
¿Cuáles son las principales fortalezas de Bodegas Ostatu?
La mayor fortaleza de Ostatu es la inquietud y el gusto por hacer bien las cosas y el trabajo bien hecho, desde el viñedo hasta el cliente. En ese proceso de mejora participamos todo el equipo. Aportamos lo que vemos y en lo que podemos mejorar cada uno de nosotros desde nuestro trabajo.
¿Qué piensas que diferencia a Ostatu de otras bodegas?
Ostatu tiene una personalidad única que la transmite en sus vinos. Su afán por mejorar día a día, por aprender, por escuchar, la manera de trabajar en la viña, la forma de recibir a la gente que viene a visitarnos haciéndoles sentir como en casa..
¿Dónde te ves dentro de 5 años?
Dentro de 5 años me sigo viendo aquí en Ostatu. Me gusta mi trabajo, me siento parte de la familia y me gusta y me siento identificado con la forma de trabajar, de pensar y de enfocar el día a día de la familia Sáenz de Samaniego.
¿En qué ha cambiado Ostatu desde que tú empezaste?
Creo que se ha evolucionado mucho. Cuando yo empecé elaborábamos 3 o 4 vinos, mientras que hoy son 14 vinos diferentes, con un importante desarrollo de los vinos singulares y los vinos con barrica, si bien el maceración carbónica y el vino blanco son importantes y se elaboran con mucho mimo año tras año. Ha cambiado el trabajo en el viñedo y muchas cosas más… Hasta yo he cambiado.
¿Consideras a Ostatu comprometida con la sostenibilidad?
Sí, y en eso llevamos trabajando mucho tiempo. Pienso que Bodegas Ostatu es referente en sostenibilidad y tiene una experiencia y conocimiento que se aplica en todas las áreas, desde la viticultura hasta la elaboración y el trabajo en bodega, a lo que yo dedico la mayoría de mi tiempo.
¿Cuál es tu vino Ostatu preferido?
Tengo la costumbre, como en toda la zona, de tomar unos blancos antes de comer, pues parece que te abre el apetito. Por las tardes y en el día a día me gusta disfrutar del joven de maceración carbónica y si me tengo que mojar, me gusta mucho el Laderas: su elaboración, el viñedo del que procede y de la que proviene su fruta, que me encanta.