La naturaleza nunca deja de sorprendernos y la añada 2024 es, nuevamente, un claro ejemplo de ello. Un ciclo de contrastes climáticos, decisiones clave en viñedo y una vendimia que nos ha llevado a adaptarnos rápidamente para garantizar la mejor calidad en nuestros vinos. Te contamos cómo ha sido este año y qué puedes esperar de nuestros vinos.
Un año de temperaturas más estables y lluvias determinantes
El año arrancó con un inicio de ciclo más cálido de lo habitual en abril, pero pronto la primavera nos trajo temperaturas más frescas de lo que veníamos viendo en los últimos años. El verano fue cálido, aunque sin olas de calor extremas, y el final del ciclo estuvo marcado por un descenso de temperaturas que influyó en la maduración de la uva.
Las precipitaciones también jugaron un papel clave. Con un total de 615 mm acumulados a lo largo del año, la lluvia supuso un alivio en muchos momentos, aunque sin llegar a los niveles de añadas más lluviosas como 2018 o 2020. Sin embargo, las lluvias al final del ciclo condicionaron la vendimia y obligándonos a ajustar nuestra planificación.
Uvas de calidad, pero con menor producción
A nivel de viñedo, la sanidad de la uva ha sido muy buena, salvo algunos viñedos en zonas más bajas que sintieron el impacto de las últimas lluvias. Destaca una acidez más alta de lo habitual y una maduración pausada en los viñedos de ciclo largo, lo que nos ha dado uvas de gran calidad.
Por otro lado, la producción ha sido notablemente menor. Con un rendimiento medio de 1,6 kg por cepa, hemos obtenido un 26% menos de uva en comparación con la media de los últimos años. Esta reducción se debe a un menor número de racimos por cepa (-16%), un peso medio del racimo inferior (-23%) y bayas algo más pequeñas (-6%).
Una vendimia planificada al detalle
Como cada año, la vendimia en Ostatu ha sido fruto de un minucioso control de maduración, analizando cada parcela para determinar el momento óptimo de recolección. Sin embargo, los planes iniciales tuvieron que ajustarse debido a la rápida maduración en la fase central del ciclo y las lluvias de principios de septiembre.
Un factor determinante en la fecha de vendimia fue el tipo de suelo. Los viñedos en terrenos más arenosos, que retienen menos humedad, se vendimiaron antes. Mientras que los suelos con mayor presencia de caliza y arcilla, que retienen mejor la humedad, fueron los últimos en entrar en bodega con un menor rendimiento, pero una calidad excepcional.
Los vinos de 2024: frescura, equilibrio y elegancia
Los vinos de esta añada se caracterizan por su frescura y equilibrio. Son vinos más ligeros de lo esperado, pero con una gran expresión aromática y taninos maduros que han requerido maceraciones más cortas para extraer lo mejor de cada uva.
En definitiva, aunque la añada a nivel general no será de las que pasen a la historia como una de las más reconocidas, para nosotros casi se quedó en las puertas de serlo. De todas formas, ha sido un año de grandes aprendizajes y, sobre todo, de vinos que nos harán disfrutar.
Descúbrela en nuestros vinos jóvenes, ya disponibles en bodega. ¡Te esperamos en Ostatu para brindar por una cosecha más!
¿Te gustaría saber más sobre cómo trabajamos en cada vendimia? Sigue nuestro blog y redes sociales para estar al día de todas las novedades.